A gas.- Es una técnica sencilla, económica y bastante común. Las técnicas de soldadura a gas más utilizadas son las de combustión de acetileno en oxígeno, que permiten calentar a temperaturas superiores a 3.200 ºC. Las ventajas principales son el bajo coste y, sobre todo, la facilidad de movimiento del equipo.
Por arco eléctrico.- La técnica por arco eléctrico es de las más desarrolladas. Se realiza con un electrodo revestido que se nutre de una fuente de energía eléctrica. Su característica principal, que le dio nombre, es el arco eléctrico que se forma entre el electrodo y la pieza a soldar. Esta técnica de soldadura variará de acuerdo con el tipo de energía (continua o alterna) y al tipo de electrodo utilizado.
Por resistencia.- En este proceso de soldadura se utiliza una corriente eléctrica directamente sobre las piezas, es decir, los electrodos se aplican a los extremos de las piezas lo que permite fundirlas y unirlas. Este proceso es muy típico para la fabricación de láminas y alambres de metal y se adapta a la perfección a la automatización. Sin embargo, hay que tener en cuenta que necesita equipos con costes muy altos.
Por rayo de energía.- Este proceso es fácil de automatizar, pero muy costoso. Se basa en la utilización de un rayo láser concentrado. Su mayor ventaja es la rapidez, por lo que es un procedimiento muy utilizado en la fabricación en masa.
De estado sólido.- Por último, esta técnica consiste en unir dos piezas sin la necesidad de fundirlas gracias a ondas de ultrasonido. Este proceso se utiliza principalmente con materiales plásticos. También existe la soldadura explosiva, que tampoco necesita de fundición pues se unen las piezas haciendo que colisiones a gran velocidad.